DINERO Y LAS PALABRAS, EL. Conexiones inesperadas / GOMEZ PIPERNO ADRIANA

Este trabajo propone una analogía entre el dinero y las palabras, analogía que en verdad no es una analogía sino una metáfora. Ambos lenguajes parecen recorrer historias paralelas, no transversales. Pero una mirada más atenta nos devuelve la figura de una intersección. En esa zona de cruce encontramos a las ideas de valor y circulación como ejes de una conexión lógica, pues tanto la moneda como el lenguaje tienen como categorías principales a estos dos conceptos. 
Sócrates reniega de la existencia de la palabra escrita porque ella esconde la posibilidad de “colocar fuera de sí” la sabiduría. Desde esta perspectiva, las palabras representan curas exteriores frente a la insuficiencia de saber. Hacer permanente el conocimiento, fijarlo en una estructura monológica en lugar de dialéctica. ¿No es eso algo parecido a condensar la identidad de las cosas en figuras monetarias?. 
Aristóteles estaba bastante preocupado por la forma en que el dinero se reproducía en virtud de la usura. A Platón, a su vez, lo turbaba la usura verbal, es decir, la actividad venial mediante la cual los sofistas enseñaban el arte de la persuasión a cambio del dinero. Ambas cuestiones, por otra parte, muy actuales. 
En las puertas del siglo XX, el pensador alemán Georg Simmel exploraba la relación entre la falta de carácter y la abstracción monetaria. En síntesis, El dinero y las palabras recorre un camino etimológico e histórico donde las palabras y el dinero juegan en un contrapunto de sentidos